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07 Sep
Consumir la fruta de la granada o su zumo es capaz de reducir los niveles de colesterol, debido a la combinación única de polifenoles que parecen disminuir el colesterol LDL o colesterol malo en la sangre, que puede beneficiar al corazón.
Las granadas no sólo previenen enfermedades del corazón, sino que son capaces de revertir la aterosclerosis; tan sólo 60 ml de jugo de granada al día durante un año, hace disminuir las lesiones ateroscleróticas en un 35 % el tamaño, y aumentan un 130 % la actividad antioxidante total en sangre.
El extracto de granada puede prevenir la aparición de la osteoartritis porque es capaz de inhibir las enzimas que descomponen el cartílago, lo que reduce drásticamente el volumen de inflamatorios liberados por los tejidos.
La granada tomada en extracto puede proteger la piel contra los efectos dañinos de la luz ultravioleta, los rayos UVA y UVB; además es capaz de promover la regeneración de la dermis y de la epidermis.
El consumo de zumo de granada diariamente puede retardar la progresión del cáncer de próstata, por las propiedades naturales antiinflamatorias, debido a su alto contenido de antioxidantes. Se cree que el consumo de granadas en combinación con otras frutas y verduras es la clave para frenar el desarrollo de cáncer, incluyendo el cáncer de pulmón.
Varios estudios han examinado el uso de la granada para tratar el cáncer, en particular el cáncer de mama, piel, próstata y pulmón, ya que esta fruta resulta eficaz a la hora de reducir el crecimiento de células cancerosas; además existen pruebas claras de que el extracto de granada tiene efectos antitumorales en la piel.
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